Este proyecto parte de una antigua casa de labranza mallorquina, recientemente transformada en un refugio contemporáneo. El estudio i-architecture diseñó una vivienda que representara la unión del campo y el mar típicos de la isla, donde la piedra seca tradicional de Mallorca actúa como hilo conductor y como memoria del territorio, con un muro-cerca de 200 metros que “envuelve” la construcción y se cuela hasta su interior.
La cocina es una pieza protagonista, con una isla esculpida en roca caliza de Son Tafona, que conecta el paisaje con la convivencia en torno al fuego y la cocina. La piscina y los dormitorios se orientan hacia la sierra y el atardecer, diluyendo la frontera entre dentro y fuera.
Madergia ha sido la encargada del diseño para ejecución, la fabricación, el suministro y el montaje de las estructuras de madera laminada y CLT. La madera aporta calidez y sirve de unión al resto de materiales como el mortero artesanal, los linos y el entorno natural. Es una intervención que no impone la casa sobre el paisaje, sino que la inserta y disuelve entre muros, luz, sombra y naturaleza, en un homenaje a los materiales utilizados.